La Casa de O Real
aparece en los libros de historia como un punto de referencia para la antigua calzada romana. Se trataba de un lugar de encuentro para peregrinos que hacían parada en una taberna de la cual ya no quedan restos.
Es también en este lugar donde los que ahora estamos, hemos crecido rodeados de mujeres que esconden tras ellas grandes historias. Las hemos visto reír, disfrutar, luchar y también sufrir su labor diaria. Es a ellas, a todas estas mujeres y madres injustamente olvidadas a las que queremos mantener en el recuerdo y rendirles un sencillo homenaje.
En cada rincón de esta casa están presentes muchas de estas mujeres, así como los trabajos tradicionales que desempeñaron a lo largo de su vida. Cada una de nuestras habitaciones y los diferentes rincones de O Real guardan un pedazo de esta memoria, con sus nombres, con sus historias y su recuerdo.
Nacemos, crecemos con ellas y de ellas aprendimos, caminamos y trabajamos para poderos ofrecer hoy un lugar para el descanso, la desconexión y el descubrimiento de tantas historias que dan vida a las piezas que forman parte de la historia de este lugar en pleno corazón de Galicia.